Vistas del norte de Mallorca acantilado, mar turquesa y pinares
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¿Te apetece hacer una escapada rápida y no tienes claro si playa o montaña? No tienes días libres, pero muchas ganas de desconectar del trabajo y la rutina diaria… No te preocupes porque te vamos a proponer unas mini vacaciones a un destino que reúne estas dos condiciones. Aguas transparentes y naturaleza unidos en un entorno natural envidiable. ¿Te suena?
Pues efectivamente nuestro destino es Mallorca y sólo disponemos de dos días. Vamos a planificarlo al minuto para que no te pierdas lo mejor de esta isla: sus calas paradisíacas y su Sierra de Tramontana ¿Estás preparado?

Día 1

Palma- Sierra de Tramontana

Detalle de interior y vidrieras de la Catedral La Seu, Palma de Mallorca

Como punto de partida visitamos la catedral de Palma, una joya del arte gótico del siglo XIII. Si impresiona por fuera, cuando entres, te quedarás atrapado por sus vidrieras de colores. Se puede visitar además el campanario, el pasadizo que cruza las dos torres principales y sus terrazas. Eso sí, tendrás que subir nada menos que 215 escalones.
Después de fotografiar la bahía y los alrededores de la catedral, te recomiendo que alquiles un coche para el resto de tu visita en la isla.

Pueblos pintorescos

Desde la capital tomamos la carretera que nos lleva al corazón de la Sierra de Tramontana. Allí nos esperan una serie de pueblos, enclavados entre montañas, acantilados y playas de aguas turquesa, rodeadas de pinares y vegetación.

Valldemosa

Vista panorámica del pueblo de Valldemosa en Sierra Tramontana, Mallorca

Llegamos a uno de los pueblos más bonitos de Mallorca. Nos recibe sus calles empedradas y estrechas y las fachadas de sus casas decoradas con macetas y balcones de colores. Es un pueblo muy turístico. ¡Aprovecha también si quieres comprar algún souvenir ! La Real Cartuja, en la que vivieron los monjes cartujos hasta 1835, fue también lugar de residencia de la escritora francesa George Sand y el músico Chopin. Podemos hacer un alto en el camino y tomar un refrigerio en alguna de las terrazas que encontremos.

Deià

detalle calle empedrada decorada con macetas en pueblo Sierra Tramontana, Mallorca

Antes de llegar a esta localidad merece la pena parar unos minutos en el mirador Sa Foradada, con unas vistas de vértigo por sus profundos acantilados. Seguimos nuestro camino hasta llegar a esta localidad donde vivió y murió el escritor británico Robert Graves. Lo mejor es su ubicación, en lo alto de una colina, con una panorámica impresionante de la sierra. Las calles están en cuesta, así que prepárate y lleva calzado cómodo. Muy cerca del pueblo está la cala de Deià, un rincón pesquero donde podrás disfrutar de sus aguas cristalinas.

Sóller

Es de los pueblos más grandes de la sierra Tramontana. Tiene una catedral que no te puedes perder, situada en la plaza mayor. La fachada es modernista, pero cuando entres descubrirás toda una estructura gótica con un gran rosetón que preside el interior. Piérdete entre sus calles y luego súbete al tranvía centenario que te lleva al Puerto. Cuesta 7 € y merece la pena el recorrido.

Tranvía de madera que va al Puerto de Sóller
Fornalutx

A escasos kilómetros de Sóller encontramos este pueblo pequeño con calles empinadas y estrechas. Muy bonitas son sus casas de piedra y las fachadas que los vecinos cuidan al detalle.

Pollensa

Llegamos a la otra punta de la Sierra Tramontana, al norte de la isla. Pollensa es un pequeño pueblo de callejuelas empinadas y con un bonito puente romano, conocido como Pont Roma. Obligada visita es el famoso mirador de Es Colomer, situado a unos 10 km del Puerto de Pollensa. Te quedarás impresionado por las vistas del cabo Formentor y la costa acantilada del norte de Mallorca.

Sa Calobra, acantilados y vegetación con el mar de fondo, Mallorca

Día 2

Cuevas del Drach/Hams

Para tu segundo día en la isla te recomendamos dirigirte al municipio de Porto Cristo, muy cerca de Manacor. Aquí encontrarás las famosas cuevas de Mallorca. Están muy cerca una de la otra y sus formaciones y lagos subterráneos atraen a miles de turistas cada año. Puedes elegir cualquiera de las dos. En la cueva de Hams, se visitan dos zonas, la Cueva Digital donde se proyecta un montaje audiovisual y la Cueva Clásica con sus 12 galerías que te llevan a varios legos subterráneos. En el más grande, el mar de Venecia, se celebran espectáculos de música clásica.
La más visitada es la del Drach, que está formada a su vez por cuatro cuevas, Cova Blanca, Cova Negra, la de los Franceses y Cova de Luis Salvador. Tienen una profundidad de 25 metros y pare del recorrido lo haces en una pequeña barca mientras escuchas música clásica. Impresionante es el lago Martel por el color de sus aguas.
Horarios y precios de las

Playas y calas imprescindibles

Una vez salimos de las cuevas de Porto Cristo, dirígete a cualquiera de las calas que hay en el este de la isla. Hay una gran variedad, entre calas y playas: semivírgenes, de difícil acceso, tranquilas o más concurridas, de piedras o de arena finísima. Pero todas ellas, de aguas transparentes y azul turquesa. ¡Elige la que más te guste!

Cala Santanyí, pinares, arena blanca y aguas turquesa, Mallorca
Cala Mesquida

Situada en un paraje natural entre pinares y dunas, a 7 km de la localidad de Capdepera. Es de las favoritas entre los turistas que visitan Mallorca. Es una playa abierta y suele hacer viento, así que si te gustan los deportes de vela, es ideal para la práctica el windsurf.

Cala d’Or

Puerto con casitas en Felanitx

Esta zona de la costa este de la isla está plagada de pequeñas playas como Cala Ferrera, Cala Esmeralda, Cala Gran o Cala Serena. Si buscas algo de bullicio con restaurantes, bares y tiendas, aquí lo encontrarás sin problema. Tiene un puerto deportivo importante y su playa de arena suele estar concurrida, sobre todo los meses de verano.

Cala Mitjada

Está un poco apartada de la civilización. A pocos kilómetros del complejo turístico de Cala d’Or, encontramos esta pequeña cala que se llega sólo andando o en barco. De arena blanca y rocas bajas, sólo tiene 20 metros de extensión, pero la tranquilidad de sus aguas hace que los 20 minutos que nos lleva el camino de acceso, merezca la pena. No dispone de servicios ni instalaciones.

Después de darte un buen baño y descubrir su impresionante fondo marino, toca regresar a casa. Mallorca se merece una segunda visita para disfrutar con más tiempo de su naturaleza, sus rincones monumentales y sus calas más escondidas. Seguro que ya os habéis hecho una idea de la isla. Ahora sólo falta volver con más días de vacaciones.